El control de acceso es una medida de seguridad vital que gestiona las interacciones de los usuarios con los sistemas, redes o recursos, salvaguardando la información sensible y evitando accesos no autorizados. Al conceder o denegar permisos específicos en función de las funciones de los usuarios, las organizaciones se aseguran de que sólo las personas autorizadas tengan acceso a los datos, mitigando el riesgo de filtraciones y ciberataques. Un control de acceso incorrecto o inadecuado puede dar lugar a graves fugas de datos, infracciones de la normativa e incluso consecuencias legales.
La prevalencia de titulares que detallan incidentes de malware y pérdidas de información sensible subraya la gravedad de estos riesgos, con potenciales reparaciones millonarias. Por ejemplo, en marzo de 2023, el código fuente de Twitter fue de acceso público, mientras que en abril de 2023, se expusieron los papeles confidenciales del Pentágono sobre la guerra de Ucrania. Un alarmante estudio de la empresa de criptomonedas Chainalysis reveló que las víctimas pagaron 449,1 millones de dólares en rescates a los ciberdelincuentes en los seis primeros meses del año. Esta amenaza va más allá de los gigantes tecnológicos y las potencias militares, por lo que es fundamental abandonar el enfoque del acceso a los datos basado en la confianza. En este artículo presentamos algunas buenas prácticas en este sentido.
Buenas prácticas en materia de control de acceso
Principio del mínimo privilegio (PoLP)
La estrategia del mínimo privilegio es un principio esencial en el control de acceso, a menudo denominado principio de asignación de mínimo privilegio o PoLP (Principle of Least Privilege). El acceso menos privilegiado es una práctica de seguridad crucial que limita los privilegios de los usuarios a los recursos esenciales necesarios para las funciones legítimas, minimizando el riesgo de acceso no autorizado y las posibles violaciones de la seguridad. Si se adhieren a esta estrategia, las organizaciones pueden mitigar significativamente las posibilidades de fuga de datos u otras vulnerabilidades de seguridad.
2FA o MFA
Otro aspecto importante del control de acceso es la aplicación de métodos de autenticación seguros. La autenticación de dos factores (2FA ) y la autenticación multifactor (MFA) son tecnologías de seguridad sólidas diseñadas para mejorar los procesos de autenticación de usuarios y reforzar la seguridad digital en general. Con 2FA, los usuarios tienen que proporcionar dos factores de autenticación diferentes, como una contraseña y un código de un solo uso enviado a su dispositivo móvil, antes de obtener acceso a una cuenta o sistema. Esta capa adicional de seguridad reduce significativamente el riesgo de acceso no autorizado, incluso si una contraseña se ve comprometida. La AMF lleva esta medida de seguridad un paso más allá al requerir múltiples factores de autenticación, que pueden incluir algo que el usuario sabe (contraseña), algo que tiene (dispositivo móvil o tarjeta inteligente) y algo que es (datos biométricos como huella dactilar o reconocimiento facial).
Al combinar estos factores, la AMF proporciona una defensa más sólida contra las ciberamenazas, garantizando que sólo los usuarios legítimos con las credenciales adecuadas puedan acceder a información y sistemas sensibles. Tanto las tecnologías 2FA como MFA desempeñan un papel vital en la salvaguarda de datos, la prevención de accesos no autorizados y la protección frente a diversas amenazas a la seguridad en el interconectado panorama digital actual.
Revisión periódica de los permisos de acceso
Revisar periódicamente los permisos de acceso es una práctica fundamental para mantener un sistema de control de acceso seguro y eficaz dentro de una organización. Al vincular la gestión del acceso a las identidades individuales, las organizaciones pueden establecer un repositorio centralizado de información sobre los usuarios, creando una única fuente de información para determinar quiénes son los individuos y a qué recursos tienen acceso. Este enfoque integrado agiliza los procesos de control de acceso, permitiendo una gestión eficaz de los privilegios de los usuarios y garantizando que sólo el personal autorizado tenga acceso adecuado a los datos y sistemas sensibles. Hacer hincapié en la conexión entre la gestión del acceso y la identidad permite a las organizaciones mantener una postura de seguridad sólida, mitigando de forma proactiva los riesgos de acceso no autorizado y las violaciones de datos.
Formación y sensibilización de los empleados
La aplicación eficaz de una política de control de acceso también requiere que los empleados comprendan el significado y la lógica de dichas políticas. Las actividades de formación y sensibilización pueden aumentar la comprensión de la importancia del control de acceso y garantizar que los empleados apliquen correctamente las políticas de acceso.
Impantación de una pista de auditoría sólida
Las cuentas de usuario obsoletas, también llamadas «archivos muertos», representan un riesgo de seguridad importante. A menudo, estas cuentas siguen teniendo amplios derechos de acceso y pueden ser explotadas fácilmente por los atacantes. Por lo tanto, la revisión y desactivación periódica de dichas cuentas es una tarea importante en el marco del control de acceso.
«Hacer un control de acceso eficaz es algo más que implantar un conjunto de políticas y procedimientos. Requiere una estrategia global que tenga en cuenta tanto los aspectos técnicos como los factores humanos». André Schindler, Director General EMEA y Vicepresidente de Alianzas Estratégicas
Supervisión y registro proactivos
La supervisión proactiva del acceso a datos sensibles es crucial para detectar rápidamente posibles fallos de seguridad y responder con eficacia. Para lograrlo, las organizaciones utilizan herramientas de registro junto con tecnologías avanzadas como la monitorización y gestión remotas (RMM), que permiten supervisar y gestionar los sistemas informáticos en tiempo real. Las soluciones de detección y respuesta de endpoints (EDR) proporcionan una supervisión continua de los endpoints, identificando y mitigando las amenazas. Las plataformas de gestión de eventos e información de seguridad (SIEM) agregan y analizan los eventos de seguridad procedentes de diversas fuentes para detectar patrones sospechosos. Además, las capacidades de caza de amenazas implican la búsqueda proactiva de amenazas potenciales dentro de la red. La combinación de estas herramientas permite la detección oportuna de actividades inusuales, proporcionando información valiosa sobre posibles accesos no autorizados y reforzando las medidas generales de seguridad de los datos.
Sistema de control de acceso basado en roles (RBAC)
Un sistema de control de acceso basado en roles (RBAC) es una potente herramienta que agiliza la gestión de los derechos de acceso y mejora la seguridad. Con RBAC, los administradores asignan derechos de acceso a los usuarios en función de sus roles específicos dentro de la organización, lo que permite un control avanzado de los permisos. Una solución de gestión de identidades y accesos (IAM) puede gestionar eficazmente los sistemas RBAC, ajustando automáticamente los derechos de acceso a medida que cambian los roles de los usuarios, simplificando la gestión de accesos y reduciendo el riesgo de accesos no autorizados. Este enfoque integrado garantiza que los usuarios tengan el nivel de acceso adecuado en función de sus responsabilidades, lo que mejora la seguridad general de los datos y la eficacia operativa.
Cómo implementar un control de acceso eficaz
Un control de acceso eficaz es algo más que aplicar una serie de políticas y procedimientos. Requiere una estrategia global que tenga en cuenta tanto los aspectos técnicos como los factores humanos. Aplicando buenas prácticas probadas, las organizaciones pueden proteger sus datos, satisfacer sus necesidades de cumplimiento de la normativa y fomentar la confianza de sus clientes y socios.