Es posible que hayas oído hablar alguna vez de los términos “Agile” y “Waterfall”, sobre todo si estás familiarizado con la gestión de proyectos. Sin embargo, estos términos también desempeñan un papel vital en el ciclo de vida del desarrollo de software.
En este artículo, exploramos la diferencia entre Agile o waterfall, y describimos las metodologías, ventajas, desventajas y aplicaciones de cada una.
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¿Qué es la gestión de proyectos Agile?
Gestión de proyectos Agile aborda cada proyecto (o, en el contexto de las TI, cada pieza de software) como una serie de trozos más pequeños, permitiendo cambios después de cada hito menor. Con la metodología Agile, los proyectos se dividen en “sprints” que se repiten a lo largo de toda la vida del proyecto.
La gestión de proyectos Agile es mucho más flexible que otros enfoques. Permite al equipo del proyecto recopilar información sobre el sprint actual y determinar lo que ha ido bien y lo que no, para saber dónde hay que hacer cambios de cara al futuro. Esto da lugar a una trayectoria circular de desarrollo en lugar de lineal, creando un bucle continuo de retroalimentación.
Se recomienda para proyectos que requieren la opinión del cliente o que no tienen un objetivo final claro.
¿Qué es el método Waterfall?
En cambio, el método Waterfall utiliza un enfoque lineal para la gestión de proyectos. En Waterfall, los proyectos se completan por etapas, y cada etapa debe completarse antes de seguir adelante. Como tal, todos los proyectos que utilizan el método Waterfall tienen un resultado claro, siguen pasos claros y tienen varias métricas de éxito.
El método Waterfall suele seguir cinco pasos:
- Análisis: el primer paso consiste en identificar los requisitos clave del proyecto, incluidos su objetivo final y sus plazos.
- Diseño: aquí es donde los gestores de proyectos diseñan posibles soluciones para alcanzar el objetivo previsto.
- Implementación: aquí es donde se implementa el proyecto diseñado.
- Pruebas: los jefes de proyecto prueban la solución tras la implantación para determinar si se cumplen todos los parámetros y plazos (analizados en el paso 1 ).
- Mantenimiento: actualiza la solución para adaptarla a los comentarios de los clientes o partes interesadas.
Como se ha visto, es imposible pasar al siguiente paso sin tener en cuenta el anterior. Esto hace que el método Waterfall sea ideal para proyectos más sencillos que no requieren una gran flexibilidad.
Agile o Waterfall: ¿cuál es mejor?
La mejor manera de ver las diferencias entre ambas metodologías es a través de esta tabla:
Característica | Agile | Waterfall |
Enfoque | Iterativo e incremental | Lineal y secuencial |
Estructura del proyecto | Flexible y adaptable al cambio | Fijo con etapas claramente definidas |
Fases de desarrollo | Las fases pueden coincidir y solaparse | Cada fase es distinta y secuencial |
Participación de los clientes | Continua a lo largo de todo el proyecto | Limitada, y normalmente sólo se les consulta al inicio y al final |
Flexibilidad | Elevada, con cambios incluso en fases avanzadas del proyecto | Baja; es difícil hacer cambios una vez iniciado el proyecto |
Ideal para | Proyectos con requisitos dinámicos y necesidades cambiantes | Proyectos con requisitos estables y bien definidos |
Pruebas | Pruebas continuas | Las pruebas se realizan una vez finalizada la fase de desarrollo |
Colaboración en equipo | Gran énfasis en la colaboración y la comunicación | Las funciones y responsabilidades están más aisladas |
Entrega | Entregado en pequeños incrementos funcionales | Entregado como un producto completo al final del ciclo |
Gestión de riesgos | Mayor facilidad para identificar y abordar los riesgos | Los riesgos pueden aparecer tarde en el ciclo de vida del proyecto |
Aunque existe una clara distinción entre ambas, ninguna es “mejor” que la otra. Tanto las metodologías Agile como las Waterfall ofrecen distintas ventajas, lo que las hace adecuadas para diversos proyectos. El método Agile es ideal para organizaciones que priorizan la flexibilidad y la colaboración continua, mientras que el Waterfall es más adecuado para proyectos con requisitos claramente definidos y plazos fijos.
Ninguno de los dos enfoques es intrínsecamente mejor para el desarrollo de software; la elección depende de las necesidades de tu organización, la naturaleza del proyecto y la dinámica de tu equipo. Evaluando factores como el alcance del proyecto, la participación del cliente y la tolerancia al cambio, tu organización puede determinar qué metodología se ajusta mejor a tus necesidades y objetivos.
Elegir el enfoque adecuado a tus necesidades
No hay reglas rígidas a la hora de decidir entre desarrollo de software Agile o Waterfall. En última instancia, la “mejor” metodología depende de las necesidades específicas de tu organización y de tu estructura operativa.
Del mismo modo, en la gestión de endpoints, la selección de la herramienta adecuada es crucial para optimizar los flujos de trabajo y alcanzar los objetivos de la organización; hemos escrito una guía más completa sobre cómo encontrar la mejor herramienta de gestión de endpoints .
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